..Y así, sin quererlo ni beberlo, volvió esa sensación a apoderarse de mi cuerpo, un escalofrío tremendo que consiguió dibujarme una sonrisa en la cara. Hay quien puede pensar que se trate de estar enamorado. Pues a todos aquellos que lo piensan les digo que no hay ninguna chica responsable de ello, solo un esférico naranja. Por aproximadamente 30 minutos me volví a sentir como aquel que fui, volví a disfrutar y a ver el juego de una manera que hacía mucho tiempo no lo veía, como parte de mi vida. Aunque fuese por un momento tan breve, aun me dura la satisfacción, y me devuelve la confianza en mi mismo. Gracias.

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