Es una producción de miedo. Resulta todo tan sádico, tan jodidamente vicioso, que es cada vez más difícil sentir por todas las personas que huyen o que deciden esconderse. No hay tiempo para llorar por los
muertos.
muertos.
A través de estos ojos veo la catástrofe que se extiende en mi despertar:
Voces dentro de mi mente, imágenes de una pesadilla (¿O un sueño?) del cual no consigo sacar ninguna
conclusión… Estoy asustado.
conclusión… Estoy asustado.
Pero no lloro, porque no me avergüenzo.
Mírame, soy una especie de hombre sin vida, que crea un ambiente de contrastes y desenfoques allá donde
pisa, como si viviese en una época no correspondida. Dicho de otra manera, alguien no apretó los clavos del
ataúd lo suficiente.
pisa, como si viviese en una época no correspondida. Dicho de otra manera, alguien no apretó los clavos del
ataúd lo suficiente.
Tras estos ojos, ahora veo luz, un camino que lleva a ninguna parte, pero me resulta extrañamente familiar,
como si ya hubiese estado ahí antes… No tengo miedo.
como si ya hubiese estado ahí antes… No tengo miedo.
Pero ahora sí lloro, lloro porque no siento lo que me gustaría sentir. Lloro porque a veces no hay culpa, y no
quisiera hacer sufrir a nadie, pero me siento malvado, desagradecido. Preguntas, demasiadas preguntas para
ocultar la verdad que ya conozco. Pero otra cosa, muy distinta es admitirla. Admitirla significa doblar en la
próxima esquina de este camino y escoger otro.
quisiera hacer sufrir a nadie, pero me siento malvado, desagradecido. Preguntas, demasiadas preguntas para
ocultar la verdad que ya conozco. Pero otra cosa, muy distinta es admitirla. Admitirla significa doblar en la
próxima esquina de este camino y escoger otro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario